El Alcalde de Segorbe, Rafael Magdalena, ha pronunciado esta manaña un manifiesto contra la violencia de género.
En 1999, las Naciones Unidas aprobaron el 25 de noviembre como el día internacional para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y reclamar políticas en todos los países para su erradicación.
Sin embargo, la acción gubernamental no será suficiente sin la corresponsabilidad y la implicación del conjunto de la ciudadanía. La violencia de género no es un asunto privado; se trata de un problema que afecta, ataca y agrede no solo a las mujeres víctimas y a sus hijos e hijas, sino a la sociedad en su conjunto. La violencia contra las mujeres constituye una manifestación de unas relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a que los hombres dominen a las mujeres y discriminen contra ellas, impidiendo su plenitud. Por eso, nuestro lema, “erre que erre que erre por la igualdad” está hoy aquí presente, ahí en el photocall, y en las insignias que llevamos puestas. Mientras la desigualdad perviva, la dominación está asegurada.
Nadie puede mantenerse al margen de la lucha contra la violencia sobre las mujeres, porque es un mal que arremete contra la sociedad de forma indiscriminada; una manipulación basada en el poder, absolutamente detestable, que descalifica a quien la realiza y también a quien la tolera. Es una provocación continuada sobre las mujeres agredidas, sus hijos e hijas, víctimas legales de la violencia machista, y sobre toda la sociedad. La especial incidencia de la violencia machista en España, que significa un terrorismo de género completamente devastador, debe avergonzarnos como sociedad, y requiere de una respuesta global contundente. Debemos impedir los intentos de justificar, minimizar, banalizar u ocultar la violencia de género, y actuar, denunciando cualquier tipo de maltrato hacia las mujeres y arrinconar a los agresores.
Hoy Segorbe renueva su compromiso en la lucha contra la violencia machista, y reitera su repulsa y condena ante este drama social, y solicita la lucha activa, la participación social, para desarrollar actuaciones eficaces y efectivas y para evitar que se permitan y normalicen discursos que muestren permisividad a la violencia. La coeducación, la prevención, la sensibilización, la concienciación y la asistencia y protección a las víctimas no pueden faltar en este compromiso.
Quisiéramos devolver la vida a las mujeres que han sido asesinadas, y a sus hijos e hijas asesinados junto a ellas. Pero como ello no es posible, queremos crear vida en su nombre, porque todas tienen nombre, y además perpetuarla, y tenerlas presentes en nuestro día a día. Así pues, estos 45 cactus, que representan la resistencia, la fortaleza y la vida, serán plantados en nuestro vecindario, en las proximidades del IES “Alto Palancia”, y crecerán cerca de personas jóvenes, en un lugar muy concurrido para caminar. Cada uno de ellos porta el nombre de una mujer asesinada, a quien da vida. Junto a ellos, se plantarán estos ocho pensamientos y cyclamen, flores que representan la belleza, la ternura, la inocencia y la fragilidad de los hijos e hijas asesinados, cada uno con su nombre. Este es el testimonio de nuestro respeto y reconocimiento a las mujeres maltratadas, a todas, y a sus hijos e hijas, y nuestro afán de visibilizar y denunciar esta lacra, generando vida donde otros sembraron terror y muerte.
Ahora pasaremos leyendo el nombre de cada víctima en cada planta, y las depositaremos en el macetero, para trasladarlas al lugar donde tomarán fuerza sus raíces.
Gracias por vuestra presencia, por vuestra tolerancia CERO al maltrato, porque todas y cada una de las personas que estamos aquí somos necesarias para que la violencia machista deje de ser presente para ser pasado.